"Para el escritor de verdad su única patria es su biblioteca, una biblioteca que puede estar en estanterías o dentro de su memoria. El político puede y debe sentir nostalgia, es difícil para un político medrar en el extranjero. El trabajador no puede ni debe sentir nostalgia: sus manos son su patria. ¿Entonces quién entona esta espantosa cantinela? Las primeras veces que la oí pensé que eran los masoquistas. Si estás preso en una cárcel de Thailandia y eres suizo, es normal que desees cumplir tu condena en una cárcel de Suiza. Lo contrario, es decir que seas un thailandés preso en Suiza y sin embargo desees cumplir el resto de tu condena en una cárcel de Thailandia, no es normal, a menos que esa nostalgia anormal esté dictada por la soledad. La soledad sí que es capaz de generar deseos que no se corresponden con el sentido común o con la realidad. Pero yo estaba hablando de escritores, es decir estaba hablando de mí, y allí sí que puedo decir que mi patria es mi hijo y mi biblioteca. Una biblioteca modesta que he perdido en dos ocasiones, con motivo de dos traslados radicales y desastrosos y que he rehecho con paciencia. Y llegado a este punto, al punto de la biblioteca, no puedo sino acordarme de un poema de Nicanor Parra, un poema que me viene como anillo al dedo para hablar de literatura e incluso de literatura chilena y exilio o destierro" (Bolaño)
El discurso en torno al exilio, del que habla Bolaño, puede ser entrelazado o relacionado con la concepción de "huacho" propuesto por Sonia Montecino, pues el exilio, en el caso de este autor, la privación de su patria (de su madre patria) es lo que le da el aspecto de huacho. En este sentido, no es de sorprender que la búsqueda de la madre (Cesárea Tinajero, en Los detectives salvajes) haga un alegoría a este exilio, tal vez, la búsqueda de esta escritora, corresponde a la búsqueda de la madre que lo ha dejado huacho, corresponde a la búsqueda de Bolaño por su patria.
Discurso completo:
No hay comentarios :
Publicar un comentario