Simone de Beauvoir fue una mujer que rompió con los cánones de su época, exhibiendo un pensamiento progresista y una forma de vida fuera de todo paradigma. Sus escritos, relaciones sentimentales y vida en general ha sido inspiración para miles de mujeres a través de los años.
Simone nació un 9 de enero de 1908, y fue educada bajo una sólida doctrina cristiana, lo que marcó gran parte de su filosofía, asegurando que un momento de quiebre en su vida fue reconocerse como responsable de sus propias elecciones al renunciar a la idea de un Dios y de un destino establecido.
En 1929 conoció al filósofo Jean Paul Sartre en la Sorbona de París donde ambos estudiaban. Llevaron una relación basada en un amor absoluto, cuyo mayor valor fuera la libertad total, incluso en el terreno sexual. Su relación les permitía compatibilizar su libertad individual con la vida en común.
Su obra consta de novelas, ensayos, biografías y monográficos que versan sobre temas feministas, pero también sobre la creación literaria, sobre el desarrollo de la izquierda antes y después de la Segunda Guerra Mundial, sobre el dolor y la percepción del yo, sobre los linderos del psicoanálisis y, por supuesto, sobre las premisas profundas del existencialismo.
A continuación, los dejamos con 10 frases célebres de Simone de Beauvoir:
1. Encanto es lo que tienen algunos hasta que empiezan a creérselo.
2. La naturaleza del hombre es malvada. Su bondad es cultura adquirida.
3. ¿Qué es un adulto? Un niño inflado por la edad.
4. El problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres.
5. El secreto de la felicidad en el amor consiste menos en ser ciego que en cerrar los ojos cuando hace falta.
6. Mediante el trabajo ha sido como la mujer ha podido franquear la distancia que la separa del hombre. El trabajo es lo único que puede garantizarle una libertad completa.
7. El hecho de que exista una minoría privilegiada no compensa ni excusa, la situación de discriminación en la que vive el resto de sus compañeros.
8. La familia es un nido de perversiones.
9. Lejos de que la ausencia de Dios autorice toda licencia, al contrario, el que el hombre esté abandonado sobre la tierra es la razón de que sus actos sean compromisos definitivos.
10. El hombre no es ni una piedra ni una planta, y no puede justificarse a sí mismo por su mera presencia en el mundo. El hombre es hombre sólo por su negación a permanecer pasivo, por el impulso que lo proyecta desde el presente hacia el futuro y lo dirige hacía cosas con el propósito de dominarlas y darles forma. Para el hombre, existir significa remodelar la existencia. Vivir es la voluntad de vivir.
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Bibliografía complementaria:
- «La condición femenina desde el pensamiento de Simone de Beauvoir» - Silvia Carnero.
- «Simone de Beauvoir: Su aportación a la discusión sobre el género» - Joana Ortega Raya.
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